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DORIAN GRAY

 

 

 

 

 

 

No he buscado nunca la felicidad.¿Es necesaria la felicidad?, he buscado el placer.

Los libros que el mundo llama inmorales son los libros que le muestran su propia vergüenza.

La tragedia de la vejez no consiste en que uno se hace viejo, sino en que aún se es joven.

En literatura no existirán libros morales o inmorales, sino simplemente libros bien o mal escritos.

 

 

 

 

Oscar Wilde es mi escritor de consulta, yo, que soy un amante del cine y del arte en general, considero todo lo escrito por Wilde como un grito filosófico. Su De Profundis es grande como el amor, y terrible como la muerte, pero lleno de poesía, sentimientos y perdón. Pero si tuviera que elegir sin duda EL RETRATO DE DORIAN GRAY es mi lectura por excelencia, es mas....incontables veces, mis manos me llevan de nuevo a ella, la necesito como el aire, su relato indaga sobre el mito de la eterna juventud, y recrea descaradamente un pacto diabólico para conservar la belleza y permanecer eternamente joven. El cine se ha servido de esta obra para hacer Films mas o menos fieles, pero quiero matizar que la literatura, es totalmente opuesta al cine, lo que dice una secuencia, se puede contar en dos capítulos. Son dos referentes que danzan por senderos distintos y así hay que aceptarlo. Oscar Wilde cuenta en EL RETRATO DE DORIAN GRAY como un pintor queda fascinado por la extraordinaria hermosura de Dorian, su joven modelo, que vive en plena era victoriana satisfaciendo todos sus deseos, sin límites ni prejuicios. El pintor declara que sería dichoso si Dorian pudiese permanecer para siempre exactamente como es. Este deseo se traduce en un pacto que lleva a Dorian a cometer todo tipo de atrocidades, hasta el mismo crimen. Oliver Parker, un director a tener en cuenta, ha realizado en el año 2009 esta versión que a mi particularmente me parece la correcta, sin problemas censurables, sin intervenciones malignas...

 A medida que se desarrolla la novela y que el protagonista se sumerge en el vicio en contraposición con el desesperado anhelo de eterna juventud, se presiente un final terrible....Es una extensa alegoría que sondea las profundidades del ser humano y cuya vigencia sorprende en cada frase de esta magistral obra.

-"Con frecuencia, al volver a su casa después de alguna de aquellas prolongadas y misteriosas ausencias que provocaran tan extrañas conjeturas entre sus amigos -o que por tales se tenían- subía la escalera hasta la cerrada habitación, abría la puerta con la llave que nunca le abandonaba, y allí, en pie frente al retrato obra de Basil Hallward, con un espejo en la mano, miraba el rostro perverso y envejecido del lienzo y la faz joven y hermosa que le sonreía desde el cristal. La misma violencia del contraste avivaba su deleite. Cada día se sentía más enamorado de su propia belleza, más interesado en la corrupción de su alma."

 

 

 


Oscar Wilde fue una persona muy ingeniosa, con un gran don para componer máximas y aforismos bastante profundos. En el film de Oliver Parker los diálogos recogen una gran variedad del talento de su autor, recuerdo por ejemplo:

-" Sufrimos por los dones de los dioses y temo que Dorian Gray tenga que pagar por su belleza "-

-" Me gustan las personas más que los principios, y las personas sin principios más que nada en el mundo "-

-" Si somos felices somos buenos, pero el que es bueno no siempre es feliz"- 

-" Para conocerte tendría que verte el alma, pero sólo Dios puede hacerlo"-


Y concretamente, puedo decir de nuevo que "El retrato de Dorian Gray" es una novela sobre un hombre que vende su alma a la Influencia oscura, invisible y negativa, a cambio de gozar de ese gran poder que es atraer, fascinar, encantar a los otros seres humanos. ¡Nos sentimos tan bien cuando atraemos, cuando fascinamos, cuando encantamos a los demás, que puede que no haya un goce mayor que ése! Ahora bien, cuando Dorian desprecia su alma por darle absoluta prioridad o preferencia a su cuerpo, es un joven todavía sin madurar, sin la suficiente racionalidad que se adquiere con el vivir, las adversidades y el ir envejeciendo; por lo cual piensa aún superficialmente. Se llevará un chasco, dado que conllevamos un saber profundo de seres trascendentes, que nos dice que el alma es más relevante que el cuerpo, que hay que cuidarla con esmero pues quizás sea anterior y posterior al cuerpo, de modo que cuando éste cumple su rápido ciclo de nacer, crecer y ponerse esplendoroso, pronto el organismo se decanta por el deterioro, un día sin más deja de funcionar y muere. Así pues, para alguien que tenga nociones de metafísica o simplemente fe religiosa, el alma merece una mayor prioridad que el cuerpo. Claro está, siempre y cuando uno no piense que el alma está en el cerebro sin más. Y si se piensa tal cosa, al menos no cerrarse a la posibilidad, que también cabe la realidad de que el cerebro esté en el alma y que dicha realidad preceda porque el alma está en el cerebro. 

Sin duda que todas estas reflexiones y otras muchas, emergen leyendo o viendo esta profundísima obra de Oscar Wilde.

Para mí, la película que nos ocupa es excelente. Ninguna otra versión, hasta la fecha, la ha superado, ni ha narrado con tan solo imágenes como Dorian Gray, guarda su endiablado cuadro-prueba de la venta de su alma a costa de tener un radiante cuerpo, en un cuarto trastero donde hay abandonadas cosas de su infancia. Allí, junto al cuadro, ve y le hace de voz de la conciencia, un recuerdo infantil donde luce grabada la rima "Little boy blue, come blow your horn", lo cual pertenece a la tradición oral de países de habla inglesa, que suele usarse con los niños de corta edad.

 


Antes que nada, quisiera hacer constar que cuando comento una película, sea cual sea, lo hago desde el respeto tanto a los que han trabajado en ella, como a los críticos y espectadores a los que les gusta. Yo soy de los que se han leído muchas veces "El retrato de Dorian Gray". La película, como casi todas las que están basadas en libros, no podrá llegar a la altura del clásico literario, pero eso ya me lo esperaba cuando entré en la sala de cine. A diferencia de lo que mucha gente comenta, creo que Ben Barnes hace un Dorian Gray brillante, más que correcto y fiel al libro. ¿Que hay actores mejores? Seguramente, pero tampoco me parece lógico que se le critique a un actor atractivo cuando el personaje original también es joven y guapo, y creo que hace una buena progresión desde la inocencia a la perversión. El resto de actores, especialmente Colin Firth, está extraordinario y la invención de una hija para su personaje, aunque no aparezca en el libro, no estorba en la película, ya que nos muestra el lado humano de un Dorian que desea redimirse, pese a haber vendido su alma. El guión es bueno, si bien carece de la grandeza de la obra de Wilde, pero eso era evidente antes de verla. La ambientación y los decorados son muy buenos, metiéndote en el Londres menos elegante y más vicioso a la perfección. La historia es envolvente e intrigante. Cierto que hay cosas añadidas que no salen en el libro o que salen en el libro pero son omitidas en la película, pero eso ocurre con mayor o menor frecuencia en toda adaptación, así que tampoco me parece para tirarse de los pelos. pero por suerte son pocos. Eso sí, en mi opinión es lógico que en pleno siglo XXI se abuse demasiado de las escenas de sexo. Es verdad que Dorian Gray era un vicioso, pero, al igual que pasa en el libro, deberían haber adoptado el lema de "mejor insinuar que mostrar", o mostrar algunas veces. El final, pese a diferir de la novela, me pareció bastante bueno, lo mejor de la película junto a las conversaciones que Dorian mantiene con el flamante Lord Henry. En resumen, una película extraordinaria, mucho más que aceptable, aunque no llegue a la altura del clásico original, .. pero eso ya antes de ver la obra de Oliver Parker, lo sabía.
 

Resulta curioso que un personaje tan icónico y popular como Dorian Gray apenas haya tenido adaptaciones a la gran pantalla que merezcan la pena. Como principales referentes, podríamos citar un film dirigido por Albert Lewin y la casi desconocida adaptación en clave de terror de Massimo Dallamano, además de puntuales referencias como la versión cinematográfica de 'La liga de los hombres extraordinarios' e incluso 'El fantasma del paraíso'. Cuando presencié el film de Alan Parker, director que ya adaptó ('La importancia de llamarse Ernesto' y 'Un marido ideal'), obras ambas de Wilde, pero con diferentes resultados y con diferentes opiniones de los críticos, sin embargo Parker puso un lienzo muy personal de ambas historias, que a mi personalmente y como critico de cine, debo confesar que me apasionaron. Lo que sucede por insólito que pueda parecer, Parker antepone su estilo y maestría con los tiempos actuales, haciendo una mezcla entre aproximamiento y reinvención, y tropieza con la piedra del publico conservador, que equivocadamente dan una luz distinta, puesto que la mayoría, y es triste decirlo, son desconocedores de la obra original, haciendo flaco favor para los que hemos disfrutado la letra impresa del soberbio personaje creado por Wilde. Las disquisiciones morales entre el trío protagónico, la crítica a la vacuidad de la sociedad del momento, las angustias existenciales de su protagonista, así como la perversión de la pureza individual en manos de la sociedad, quedan desdibujadas si tenemos la mente en adaptaciones que pasaron sin pena ni gloria a lo largo de la historia del cine, pero DORIAN GRAY de Oliver Parker, es un film que en muchos momentos parece poseer una fuerza inusitada, y actualiza el cine de época, basándose libremente en la obra original. Por tanto, esta nueva adaptación de 'El retrato de Dorian Gray', a pesar de seguir -al menos sobre el papel, y dejando a un lado el desenlace final- las pautas marcadas por la novela de Wilde, resultan ir de la mano con los tiempos que corren y lo que insinúa Wilde entre líneas en la obra de Parker son secuencias de una fuerza brutal. La espiral de degradación moral del Gray literario queda patente con sangre en su afán de reconducir al personaje por otras vías, como ese 'descenso a los infiernos', mediante un Ben Barnes que transmite sensaciones diabólicas al espectador, mientras que los personajes interpretados por Ben Chaplin y, sobre todo el impecable Colin Firth, funcionan como ángeles negros en un relato que vas mas allá de la propia imaginación. Estoy convencido de que si Oscar Wilde viviese, estaría satisfecho con esta extraordinaria versión. El film de Oliver Parker se deja ver con morbo y lujuria, pero no deja de resultar curioso el hecho de que, en pleno siglo XXI, un film logre adentrarnos de igual modo que una novela del siglo XIX, Esto a mí como profesional del medio me deja con la libido en carne viva.

 

 




La novela sobre el mito de la eterna juventud le ofrecía a Parker la mejor forma posible para desarrollar sus teorías sobre el cine de hoy, alejado de las convenciones del género. Podríamos aplicar al film algunas de las frases escritas por Wilde, poniendo en boca de algunos de los personajes del drama:

 

”El artista es el creador de cosas bellas. Revelar el arte y ocultar al artista es la finalidad del arte”.

 “Un artista debe crear cosas bellas. Pero no debe poner nada de su vida en ellas”.

 “Un libro no es, en modo alguno, moral o inmoral. Los libros están bien o mal escritos. Eso es todo”.

 “La vida moral del hombre forma parte del tema para el artista. Pero la moralidad del artista consiste en el uso perfecto de un medio imperfecto”.

 



Esto último es lo que hace el pintor Basil Hallward, reflejar en su retrato la vida moral del personaje retratado, su insaciable locura por el placer y el ejercicio del mal. La cualidad fantástica del relato aparece en la manera con que el cineasta interioriza el aspecto sobrenatural que existe en la relación del cuadro con el objeto del retrato. Lo fantástico está siempre sugerido. El óleo atrapa el alma de Dorian, y así su vejez queda apresada entre las formas inicialmente limpias y armoniosas del retrato. Mención especial merece este extraordinario actor que es Colin Firth, tiene eso que yo denomina "traspaso de batería", interpreta un personaje diletante que practica el arte aristocrático de no hacer absolutamente nada, a lo sumo ejercer una sutil influencia en la vida de los demás y elige a sus amigos por su belleza y a sus enemigos por la inteligencia. Impresionante Colin hasta en su perfecta forma de caminar. En el mundo actual, la belleza física abre muchas puertas, y aunque es efímera, a todos nos gustaría disfrutarla, sería una hipocresía no reconocerlo, aunque sin tener que vender nuestra alma al diablo. Pero siempre tenemos alguna virtud digna de destacar si sabemos explotarla, y con habilidad utilizar nuestra personalidad. La sociedad de consumo dicta unos modelos estereotipados, una estética caprichosa que nos esclaviza, lo que es bello o no. La belleza debe ser subjetiva y abstracta. Puede estar en una mirada, en un gesto, en unos versos o en un sentimiento, pues esa sí que es insobornable al paso del tiempo.

  
La novela tiene un punto muy grande a su favor: vivir a nuestro modo cada línea narrada, dejar flotar la imaginación a nuestro antojo (los personajes, el ambiente, las actitudes...) en el cine és lo que hay, ni más ni menos, no siempre los actores serán los más acertados, o la adaptación estará al gusto de todos, pero es un retrato acorde con la novela.

 

 Explicado esto, me dispongo a dar mi opinión sobre el film de Oliver Parker:



1- fantástica, maravillosa, espléndida actuación de Barnes; su transformación impecable, sin peros. Adoro a ese Dorian cariñoso, tímido, dulce... Y por supuesto, odio y al mismo tiempo siento cierta atracción por el Gray despiadado, y cruel.

 
2- La banda sonora no te deja indiferente, nos hunde a la perfección en los momentos de desenfreno y locura de Dorian; todo te parece más real y profundo.


3- La fotografía y ambientación, impecables.

 


He leído críticas muy venenosas sobre esta película y no estoy de acuerdo... lanzo mi alegato a favor del film. Los mayores varapalos vienen de mano de los admiradores acérrimos de Oscar Wilde. Mas que admiro yo al maestro no hay nadie... ¿Por qué no son conscientes de que el portentoso vocabulario de la novela no se puede transcribir a la pantalla? ¿No están al fin y al cabo debidamente plasmadas la sensación de desesperación y de decadencia y la moraleja de la novela?.
En lugar de la riqueza léxica tenemos en esta producción una poderosísima fotografía. Hacía tiempo que una película no me llamaba la atención en este sentido. Si alguien ha visto Satyricon de Fellini y se ha dejado hipnotizar por su maravilloso color, podría igualmente disfrutar también ahora con DORIAN GRAY de Oliver Parker. En definitiva, esta película puede sorprender agradablemente si el espectador no espera una adaptación de la novela en la que está basada. Los actores están extraordinarios, grandes interpretaciones y es a todas luces una narración perfecta. Si bien y para ser totalmente sincero, los últimos minutos nos difuminan un tanto del resto del metraje. Pero recomiendo el visionado sin ánimo de comparaciones con la novela original. Vale la pena preguntarse si determinadas obras aceptan tales o cuales formatos, porque si bien es cierto que el cine puede vivir de experimentos formales, también es cierto que reducir una obra de tremenda fuerza poética como Dorian Grey a un convencional thriller de terror al uso puede culminar como una verdadera herejía con respecto a las posibilidades del original de Wilde. Y efectivamente es así, dado que el film respeta el libro, en tanto a la adaptación. Asistimos a una puesta en escena personalizada por un director del siglo XXI.. La obra de Parker está trazada con una pluma que hace monumentos del "envase" literario, y avanza en conceptos más profundos. El retrato de Dorian Grey se ajusta a las convenciones del mas interesante de los thriller, es un drama de compleja y exquisita visión que a mi me hizo sentirme orgulloso de amar la literatura de Wilde, al tiempo de aumentar mi amor por el Séptimo Arte.



Tengo ante mí una de esas situaciones donde ves un excelente trabajo cinematográfico, pero dista de la obra original. Centrémonos por partes...Tanto el vestuario como los decorados, localizaciones y adaptación de la época son impecables. Pero hoy cuando se pretende realizar un film de categoría, eso es muy meritorio si además se cuenta con presupuesto. Los actores están soberbios en sus papeles, y debo decir que voy a seguir de cerca la evolución del joven Ben Barnes, actor con gran futuro, aunque no consiguiera que me fijase en él en Las Crónicas de Narnia II, pero aquí demuestra que es bastante más que una presencia atractiva. En resumen tengo ante mí una película brillante que, en absoluto se salta los cánones de ser una adaptación muy libre. ¿Por qué?...Hablamos del gran Oscar Wylde, y El Retrato de Dorian Gray es una de sus grandes novelas, con personajes ricos, que al ser trasportados al cine ensalzan mas la adaptación, porque nos hace ver mucho mas de lo que Wilde escribió, al ser libre respeta mas los acontecimientos narrados. Parece más bien que Oliver Parker se dijo a si mismo que era capaz de ir hacia donde Wilde no pudo por la censura de la época y dejó entre líneas en su magistral obra. Estoy convencido de que si Oscar Wilde viviese, estaría muy orgulloso del resultado de esta última recreación de su retrato al cine.. Pero señores, no olvidemos, como he reiterado cien veces, que una obra literaria nada tiene que ver con el resultado a la gran pantalla. Son dos caminos opuestos que no siempre conducen a Manderley. En definitiva, una película que gustará a todo buen aficionado al cine. A titulo de recomendación diré que debe verse en su idioma original, puesto que el acento victoriano de la época me parece sumamente importante para darle verosimilitud a la historia, cosa que un doblaje es incapaz de captar. Sobre todo en la interpretación de Colin Firth y Ben Barnes, ya que aportan ambos todo un abanico de emociones solo con sus timbres de voz y el acento que consiguen lograr.

He conocido a lo largo de mi vida, personas que ponen a parir la obra de Wilde, tachándola de lectura gay, de aburridísima y execrable sodomización a la mente del lector, cuando es uno de los mejores libros de la literatura universal jamás escritos. Oscar Wilde, genio entre los genios, realizó un denso y riquísimo tratado sobre la caducidad de la belleza, el hedonismo como valor supremo, el deseo como motor vital, la naturaleza narcisista del ser humano, el precio de la decadencia, la anatomía del alma, los mismos confines del bien y del mal, en una obra maestra imperecedera que parece que a seres que se han cruzado en mi larga vida, o bien lo la entendieron o les hubiera gustado tener un pene normal, en lugar de un micro-pene. Lástima, es la única palabra que los define. 

El resultado es una película gótica del que se salvan los excelentes aforismos extraídos directamente de la novela. Los cambios de Oliver Parker son justificados, no diluyen el sentido del original, con escenas y desarrollos que hacen enriquecer "visualmente" la trama, como la hija de Lord Henry o las surrealistas orgías victorianas. DORIAN GRAY es todo un alarde visual sin precedentes, te contrae el corazón, pero eleva el espíritu de buen cinéfilo a las cumbres de las mejores películas que he visto a lo largo de mi vida.

¿Quien no ha querido permanecer joven eternamente?, ¿quien no ha querido gozar de todos los placeres del mundo?...Me confieso abiertamente que yo soy uno de ellos y daría años de mi vida por conseguirlo...Tal vez por ello la obra de Wilde es esa lectura que me llega muy de cerca, por eso la amo, la admiro, la venero y la tengo como banda sonora de mi existencia....!!Gracias Mr.Wilde!!. En la película todo desprende un olor moralista, planteado como si la influencia de Mr. Henry fuera la causa de todo, cuando es Gray quien posee esa naturaleza curiosa y ególatra; amén de que la supuesta degradación se presenta precedida por las incursiones en los prostíbulos y los fumaderos de opio. El mensaje se reduce a que los jóvenes deben alejarse del alcohol y las drogas, sobre una temprana predisposición al placer y a lo prohibido, que son inherentes a la condición humana. Esto es lo que escribía Wilde. Ben Barnes cuando entra en los despachos debe llevar puestas las rodilleras y la mano húmeda, porque los papeles protagonistas pegan con su ambiguo físico, tremendamente atractivo. Aquí demuestra de nuevo tras su incursión en la película que es una notable y sugestiva bandera, bajo cuya sombra crea un diabólico Dorian Gray. Lo mejor es que con su forzadísima e inventada resolución no quita el sentido al relato original, a la degeneración faustoniana de Gray, a una especie de clímax con redención final. En fin, que la obra de Oscar Wilde prevalecerá inmutable e inmortal como el cuadro de Dorian, mientras irá envejeciendo y degradando, oculto en el desván.
 


Dorian Gray de Oliver Parker, tiene la ventaja y el inconveniente de ser la enésima adaptación de un clásico que todo el mundo en mayor o menor medida conoce. Ventaja porque juega sobre seguro, atrayendo a un público ávido de conocer qué elementos nuevos aporta al conocido relato en pleno siglo XXI, Pero tiene el inconveniente de que como es una obra muy conocida, tambalea con el factor sorpresa, por consiguiente el director aporta novedades, y sobre todo destaca por encima de sus predecesoras. Parker no es ajeno a las adaptaciones de novelas clásicas, pues ya hizo lo propio con Otelo y La importancia de llamarse Ernesto, teniendo muy buenos resultados. En el caso de Dorian Gray, el director supera los inconvenientes antes nombrados, ofreciéndonos en los dos primeros tercios del film una narración hipnótica y sugerente. Apoyando todo el peso de la película en los actores como si de una obra de teatro se tratara, pero sacando además el mayor jugo posible a las cualidades cinematográficas, con una banda sonora cautivadora, y una puesta en escena elegantemente victoriana. El relato fluye como burbujas de una lámpara de lava ante la mirada atenta del espectador, el cual es seducido por los encantos del eternamente joven Dorian, por los encantos del trío de personajes principales y del interés que genera la transformación verdaderamente creíble, gracias a una interpretación impecable de un andrógino Ben Barnes. Por tanto la narrativa hipnótica, los medios técnicos y los personajes bien tratados son sus mejores bazas. 
 


Debo decir que imaginaba a un Dorian bastante diferente... tal vez rubio, Barnes es moreno y tiene los ojos negros, no azules. Eso le resta un poco bajo el prisma de mi imaginación al encanto al personaje principal, que como dice Wilde es siempre una belleza perpetua, como la del Narciso. Cuando hace años leí el libro sentí muchísimo respeto por los personajes, y eso es de agradecer, cuando uno va pasando las paginas el odio, la incredulidad y la envidia malsana me excitaba, sintiendo un inconfesable placer y todo esto no me ha pasado en casi ningún libro y éste lo consigue de forma intensa. Los colores en el film, los escenarios, la ropa y los planos en los que ha sido rodada me han encantado. Más allá de eso, y aunque la película funciona bien por sí sola, me parece épica con su drama, amor, sexo y un final trágico-heroico. Entre Lord Henry y Dorian se establece una relación en la que Oscar Wilde funde parte de sus sentimientos personales, se mastica, se toca y se revuelve una relación amor-odio, bañada con sexo explicito. Dorian Gray era un seductor de mujeres y hombres, el sexo no tenia un color preciso, solo buscaba placer y tan solo con alargar la mano lo poseía. Wilde escribió su magnífica obra en una época que no era la suya, las metáforas, los simbolismos y el olor a sexo se trasluce en sus líneas y yo como hombre las he sentido y las sigo sintiendo cuando vuelvo a leerlo. De haber sido escrita en pleno sigo XXI, Dorian Gray sería un canto al sacrificio, al sentimiento entre los hombres, desprecio a las mujeres, pero con una carga poética que nada ni nadie le puede enjuiciar. Es todo un clásico de la literatura mundial. Hay algunas páginas muy simbólicas de las que Oliver Parker ha prescindido, por citar alguna: la forma en que Dorian y Henry se conocen, que yo considero sumamente importante para el retrato. También lo relacionado con Sibyl es pura invención libre de Parker... ¡Espléndida la actriz elegida !...y su final es mucho más sublime y trágico, Dorian es muchísimo más cruel que en la película. Para mí fueron las mejores páginas del libro: !! El despertar de la bestia !!..

 

DORIAN GRAY me ha entusiasmado... No es una obra maestra, pero si un film mas que interesante y yace en ese pedestal donde suelo depositar las películas que merecen la pena ver y no precisamente una sola vez. La verdad es que lo he pasado bien viéndola. La ambientación, vestuario y efectos me han parecido correctos y más que decentes. El actor protagonista, Ben Barnes, está soberbio para interpretar a un personaje tan mujeriego, diabólico y desaprensivo, lo refleja su rostro continuamente. El final es el que casi todos ya sabíamos, el director le ha dado un aire mas actual, mas con los tiempos que corren...En definitiva: excelente y han trabajado mucho más el personaje con respecto a la mediocre "La Liga de los Hombres Extraordinarios". Impresiona el reflejo de Dorian en el cuadro una vez está totalmente demacrado y diabólico. La verdad es que estremece.. Es complicado cargarse un film con lo que se escribe de ella por parte de algunos críticos, cuando está basada en una obra maestra, pero casi lo consiguen. A nivel técnico y ambiental, la película nos sumerge plenamente en el Londres victoriano y ni siquiera a nivel de ritmo y dirección, con una lobreguez de corte teatral y un equilibrio entre el revisionismo actualizador  y el respeto al original, con la que seguro se sentirán cómodos los más puristas expertos de Wilde. 
Sin embargo, en cualquier adaptación literaria o teatral, desde Homero a Shakespeare; desde Lope hasta Goethe, la parte técnica que “Dorian Grey” supera con nota, pero lo que marca la película son las interpretaciones. Collin Firth es uno de los mejores actores de hoy en día, con una solvencia fuera de toda duda y hace suyo un personaje cargado de matices y evolución. También Rebecca Hall tiene un papel breve pero difícil e intenso... también Ben Chaplin, todos bucean en una obra que para mi, como cinéfilo y critico de cine, está llamada a cotas más altas. ¿Por qué? Porque la moralidad sobre lo lozano y bello en lo eterno son generadas por la visión particular de todos aquellos que hemos tenido la fortuna de ver el film y porque es mas que atractivo, sentir alguna vez la imposible tentación de permanecer jóvenes y agraciados por siempre.... la vanidad y la vida concupiscente; terminan por reconocerse muy bien. 


Nunca me suelen gustar las adaptaciones al cine de libros porque siempre se queda algo en el tintero, pero en este caso, creo que para tener 2 horas de película el tiempo y las historias están muy bien encajadas. Además, el desarrollo progresivo del personaje me parece muy logrado, desde que llega a Londres con la inocencia de sus 18 añitos hasta que es consciente de su belleza y su poder. La ambientación tanto de la casa como del Londres victoriano se adapta perfectamente al libro, así como el deterioro del cuadro. Al menos yo, me lo imaginaba tal cual. En conclusión, salí del cine bastante contento y sorprendido. La parte inventada de la hija de Lord Henry me parece un buen punto, así como todo el final. Me encantó que al final el propio Henry se de cuenta del monstruo que poco a poco había creado..


¿Por qué me ha entusiasmado DORIAN GRAY?



1. Creo que es una película que, a pesar de la dureza que explica, se digiere fácil.

2. La historia está muy fácil de entender, consigue hacer llegar el mensaje que en su momento pretendía Oscar Wilde.

3. Me ha gustado su ambiente lúgubre y gótico pero elegante. La casa de Dorian parece una casa encantada.

4. Algunos cambios respecto a la novela original me parecen indispensables para ser degustados en nuestro siglo XXI.

5.  Es una obra que incita a la provocación con el desenfreno sexual de Dorian. La secuencia en que Dorian tiene sexo con una chica y su madre, es una de las pocas escenas en que Dorian muestra auténtica perversión.

 


El cine, admitámoslo, es imagen,  efectos especiales, fotografía. Un arte que abarca a otro amplio abanico de artes, pero que, esencialmente, basa todo su poder en captar la atención del espectador. Esta película tiene imágenes poderosas, muy sugestivas, una fotografía sobresaliente y una ambientación portentosa de ese Londres brumoso que tanto a mi me enamora. Para quienes busquen en la película literatura, mejor lean el famoso libro en el que se basa la cinta, y para quienes gusten placeres más sensitivos recomiendo la película. La elección del actor protagonista siempre es fundamental y Barnes lo es a pesar de su frialdad, pero rebosa un atractivo intimo, secreto y excitante que da calor a las secuencias en las que interviene. Confieso que, posiblemente, ninguna versión que se hubiera hecho de esta obra maestra de la literatura universal me hubiera convencido del todo. No creo que ninguno de los directores y/o guionistas del cine actual hubiera estado a la altura de Wilde ni de su historia, pero quiero ser generoso y benévolo con DORIAN GRAY.... Olvidemos por un momento el libro, la película es una pequeña joya muy correcta, pero el problema es que es imposible olvidar el libro y eso hace que nuestra benevolencia alcance pronto un límite. Si hablamos de la ambientación, escenarios, recreación de espacios, vestuarios, etc. encontramos un apartado artístico impecable, fiel a las buenas producciones inglesas que se precien. El libro se respeta, especialmente en la primera mitad, aunque después los avatares del mundo en que vivimos, la transforma, entrando en una partida de póker diabólica donde el mal se sirve frío y con salsa roja. El Dorian Gray de Oliver Parker, es una película elegante, aterradora y arquetípica, una nueva y bien resuelta versión del clásico. La película se desliza muy bien antes nuestros ojos.

No tengo mas remedio que fijarme en Colin Firth, es mucho actor, mucha presencia y el hombre que mejor he visto caminar en la pantalla....!!Bravo por su Lord Henry!!!..

 

 

 

 

Pero lo que realmente hace única la obra es la aterradora historia inventada por Wilde: Dorian Gray es un caballero que busca inmortalizar su juventud y belleza, para ello contrata a un pintor, quien hace un fiel retrato de su figura. Eso es lo que deseamos todos, que pudiéramos ser perpetuados en un lienzo, pero sin reflejar el interior que a veces nos persigue, o nos hace un tanto diferentes del resto de los hombres y que forma parte de nuestra intimidad mas preciada, no somos Dorian Gray y los amigos que nos rodean son pilares donde depositamos parte de nuestra vida, de nuestro amor, de nuestras complicidades...En muchos casos me siento orgulloso de algunos de ellos, oportunidad que Dorian no poseé, queriendo ir más allá, pudiendo preservar sus atributos de forma permanente, y tan solo tiene que desearlo ardientemente y solicitarlo a ese monstruo que domina los pecados de la carne, el reino de las apariencias. Dorian Gray se decide, se arriesga, lo apuesta todo, y todo lo que tiene es su alma, su ego se llena de vanidad y narcisismo. Wilde escribe: Dorian Gray sí envejecerá, pero no en la carne, sino en el cuadro fatídico, éste permanece oculto, velado, mientras Dorian disfruta sin medida de su juventud y hermosura en una vorágine de pansexualismo y hedonismo. Wilde tuvo la genialidad de inventar un arquetipo espiritual del ser humano, en realidad él es el pintor que retrata con maestría el alma humana, porque en su personaje nos vemos reflejados los hombres, algunos lo ocultan abiertamente albergando la vanidad, la juventud, la belleza o el poder, sin pensar en las brutales consecuencias, vendemos nuestras almas al pecado para disfrutar momentos fugaces de actos hedonistas, carnales y hasta bestiales, instantes en los que nos creemos eternos, fuertes y divinos; pero después de esta presunta crápula inmoral desvelamos el retrato de nuestro verdadero yo, en el cual nos vemos destruidos y decrépitos... "el pecado se ha cobrado inexorablemente la factura". No sé si la intención de Wilde fue moralista, o si inconscientemente actuó como profeta, pero lo cierto es que su parábola es una poderosa advertencia para no vendernos al mal, el cual siempre paga con la muerte, sino cuidar lo más preciado que tenemos, que es nuestra alma. Al menos así entendí y admiro aún la obra de Oscar Wilde, desde la primera vez que lo leí y la película de Oliver Parker me lo ha venido a recordar.


No recuerdo y rechazo de pleno las otras adaptaciones para el cine, por tanto no comparo versiones, pero si lo que creo que, en este caso, se debería hacer y es volver a deleitarme con la novela. Oscar Wilde fue acusado de “indecencia grave” de prácticas homosexuales y condenado a dos años de cárcel en el Reino Unido, lugar que, tras cumplir la condena, abandonó para siempre asqueado de la sociedad de su época. Teniendo en mente este dato, la historia en principio puede confundir. Si te quedas en la superficie parece una crítica feroz a la filosofía hedonista: Vivir por y para el placer, por muy atractivo que resulte, tiene un coste elevado. Un análisis más a fondo deja claro el verdadero mensaje de la novela: Lo que plantea es que existen una serie de normas y convencionalismos sociales que hay que respetar y quien no lo hace debe atenerse a las consecuencias. Será condenado al rechazo de su clase, al ostracismo más brutal. El pecado de Dorian Grey no es abandonarse a una espiral de drogas, sexo y violencia, algo que los demás miembros de la clase alta practican igualmente, su pecado es decir en voz alta lo que debe permanecer oculto. Las apariencias deben respetarse, es un código no escrito, pero Dorian se permite gritar que vendería su alma al diablo a cambio de la eterna juventud. Algo que todos ansían pero ninguno reconoce.

 

 

 

 

Quiero finalizar mi articulo sobre esta soberbia película y mi admiración hacia la obra de Oscar Wilde con una frase del maestro:


- "El alma y el cuerpo... ¡qué misterio encierran! Hay algo animal en el alma...

 

 y el cuerpo tiene sus momentos de espiritualidad.

 

Los sentidos pueden refinarse, y el intelecto puede degradarse "-.